viernes, 24 de diciembre de 2010

Llave

Esforzándome en resumir una historia que trata de reflexiones, de comienzos y principios, de retornos contantes.

En el camino se me cruzan banalidades y trivialidades que lo enturbian bastante, obligándome a pensar frases ingeniosas. Quedan descartados los lugares comunes “que este año termina”, “que hacer un racconto”, “que evaluar una sinopsis de lo que sucede en la película”.

En fin, a estos menesteres, y pidiendo disculpas por la aliteración inesperada, se adelanta la sinapsis con un par de pensamientos complejos que tratan de buscar forma simbólica.

La dificultad de expresar el malestar, sin embargo, se ve atenuada por el relajo que significa la proyección del pensamiento, pero de todos modos, la ruta sigue siendo tortuosa.

Me adelanto unos pasos más en las palabras de otros, en los pensamientos que otros siembran en mí y recaigo en nociones que sin ser ya banalidades, no dejan de ser lugares comunes.

Los laberintos me encierran una vez más, pero tengo menos suerte que Borges y debo escaparme por la única salida que los absurdos somos capaces de encontrar, por arriba.

1 comentario:

  1. no lo creo...tal vez, en el centro del laberinto,esté la llave...

    besos*

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