lunes, 13 de diciembre de 2010

Parte de la historia

Hoy experimento en carne lo que viene de años. Hoy soy parte de una cadena que trae fríos, tristezas, sutilezas y alegría.

Hoy tengo desplegada el alma y me difundo en el éter, me eternizo: hoy me siento parte de la historia.

Como una cadena que voy dejando para reconocer el camino de vuelta, como un hilo conductor en la trama, como las vías de un tren que lleva ideas, las traslada, irreprochables, inmejorables, vívidas.

Correspondo a una tradición de la que recién ahora comprendo que formo parte. Sin discutir progresiones dialécticas, sin inmiscuirme en filosofías de la historia, me enfoco en la sensación, en el reflejo puntual, en el momento, cercado tan solo por la infinitud.

Comprendo las faltas, los errores, las grietas del universo mal construido, elevo los muros de mí ser, me multiplico de manera sorprendente y mi sombra pisa los lugares más disímiles del planeta.

Soy todo lo que llego hasta mi y llegaré a la periferia de círculos inesperados, impensables.

Sentirme parte de esta transición llena mi ser, me complejiza.


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