domingo, 21 de noviembre de 2010

Abismo conjetural

Desarrollando una velocidad similar a la de la bala, aumentando en el recorrido la potencia y venciendo a la resistencia que se inmiscuye desde mis adentros hacía el exterior.

Puedo seguir, porque creo ver ese abismo conjetural.

Y no me interesa seguir corriendo aun cuando un precipicio me quite el suelo, la grandeza reside en correr sobre el aire, sobre el vacío. Soplar hacía abajo y emitir respiraciones suaves, que me mantengan elevado.

Afinar mi volumen gravitatorio de modo que no sea un peso para el éter, acomodarme en posición horizontal y flotar en la cumbre de ese abismo que puedo conjeturar.

Sigue estando en frente de mí el telón, que me impide ver que hay detrás, pero sigo adivinando, echando posibilidades sobre futuros geográficos posibles.

Me elevo con fuerzas mentales, ideas que me inspiran a aventurar destinos y me encuentro, inesperadamente con el fenómeno de la confianza ¿Creer en mis conjeturas o tener miedo de descorrer el telón?

Cuando sepa la respuesta se las cuento.

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