viernes, 17 de diciembre de 2010

Hoy al mar

Una Plaza grande, de un verde opaco, con hamacas y caños que emergen de la tierra. Bronce y luces tímidas que se van asomando.

Como fondo del retrato un bloque de edificios, cemento compactado, muchas ventanas, respiraderos, terrazas y algo de color turquesa que contrasta.

Giro la vista lentamente, unos cuarenta y cinco grados, aparecen aromas a infusión caliente, bloques edilicios de más altura, algunas gamas de azul, terrazas escalonadas en altas cumbres.

Una calle ya iluminada, transitadas por una maraña endemoniada de autos y colectivos. Camiones haciendo las partes de flete de objetos extraños.

Luego, ya a mitad de camino, un cubo concreto, fuerte, aparentemente inamovible, con arcos, entradas, ventanas. Concreto, pero no impenetrable.

Un auto de policía reluciente modelando, la mítica estatua de un lobo marino, el borde superior de unas pequeñas escaleras, lo que se llega a ver de la arena.

Y finalmente él, extendido detrás, ya apagado por la fuerza de una noche tenue que empieza a madurar.

Así vi hoy al mar.

1 comentario:

  1. justamente hoy... en el medio de la tormenta, los edificios que se recortaban entre el mar y el cielo tenían un color azulado, como de nube, que los hacía parte del cielo... fue muy loco, era una nube con vértices, increíble..

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